lunes, 11 de julio de 2011

Dinámica de grupo: La silla caliente

SINCERAMENETE me siento muy afortunado de que apenas está terminando mi participación en un taller, me están invitando a otro, y más porque en este también se trata de hacer las cosas sin pretensiones, y con mucha sinceridad.
Cuando inicié este extraño camino de estudios, no me imaginé que lo primero que escuche en el taller de Rodrigo que por cierto, en este momento está estrenando página  http://www.facebook.com/pages/Rodrigo-nueva-fanpage/228573820510417 no me imaginaba que la sinceridad era un factor tan importante en el Teatro.
Yo recuerdo que cuando estaba saliendo de la preparatoria, asociaba el teatro y particularmente la actuación con la falsedad y la mentira, pero me aquí y ahora me doy cuenta de que estaba muy equivocado, y de que la sinceridad, especialmente la sinceridad con lo que uno está sintiendo es una clave vital pare que el trabajo que uno este desempeñando y presentando sea vivo y verdadero.
Tuve la oportunidad de conocer a un chavo muy talentoso, que tal vez por detalles en el CENVAL no pudo ingresar a la facultad de Teatro, pero eso no lo detuvo, sino que decidió seguir estudiando como autodidacta, prepara un espacio y abrir un taller con lo que sabe y con lo que tiene, lo cual para mí fue genial, porque al llevar solamente un par de meses estudiando teatro, sus años de experiencia, especialmente en el teatro del absurdo es una gran salto para mí.
Así que inició su propio laboratorio escénico al estilo de Grotowski (teatro pobre) y me invitó, y por lo aprendido en el primer taller.
No confundir con El Laboratorio Escénico de esta ciudad que ya está muy bien establecido de años, tiene su propia página http://www.laboratorioescenico.org/ y me encantan sus trabajos, porque hacen una labor emocional tan intensa, al grado de que en sus ensayos yo no he sido capaz de distinguir si lo que hacen es teatro o psicomancia, que pueden usar espacios grandes con una buena proyección escénica estén o no en el escenario.
Volviendo al taller, además del calentamiento que incluye otros de las claves del teatro:
  • ·         el trabajo con el cuerpo
  • ·         la respiración
  • ·         el foco
  • ·         el ser conscientes del espacio
  • ·         y darse tiempo
Pasamos a hacer una dinámica que para mí fue nueva: la silla caliente.
Para esto, he notado que en un grupo, especialmente al iniciar, ser honesto, y abrirse ante otros  es difícil, es incómodo y te deja con la idea de “¿qué estoy haciendo aquí?, y que en tetaro siempre vas a estar ante al menos dos grupos los compañeros y los espectadores, al estar en la silla caliente y estar con el convenio de tener que responder contoda sinceridad aun a las preguntas más absurdas, llega un momento en él se hace más difícil defender y justificar sus propias resistencias, es decir las reacciones evasivas de darse cuenta de sí y del entorno, de responder con sinceridad, de abrirse a sentir cosas que nos duelen o a romper con los esquemas de la lógica lineal. Tiene más peso una confrontación con una falsedad vista por varios pares de ojos que la que sólo se apoya en los del tallerista. En el ejercicio, pidió al participante (situado en la llamada silla caliente) que se centrara en qué sintiera en primer plano en su conciencia en cada momento y lo pusiera de manifiesto tal cual lo sentía. Interactuaba con él a modo de sesión individual, haciendo todo tipo de preguntas, y a veces haciendo otra antes de que se terminara de contestar la anterior, a veces reaccionábamos de manera no-verbal sin darnos cuenta, incluso hubo cosas que no quisimos contestar, pero sirvió como un reto para confrontar algunas de las idea o preconcepciones que ya traía, es decir cosas que uno va pensando y no está seguro ni de porque uno las piensa, cada uno de los que pasó a la silla lo vivenció de manera diferente, pero eso ya no me toca a mí exponerlo.
Lo que si me pareció extraño es que si el ejercicio de El Círculo que nos puso Rodrigo me pareció difícil, porque lo confronta y lo expone a uno ante otros; y el que nos puso Santi de El Terrible Gengis Khan me pareció más difícil, porque lo expone a uno bajo presión, y cambios emocionales; este último de La Silla Caliente por parte de Vlad fue un poquito más, porque te deja  expuesto, evidenciado y confrontado ante uno mismo.

Ahora ya sé que me falta mucha sinceridad, pero también sé que tengo un poco más clara mi meta: lo que deseo es ser un ser humano totalmente sincero, que se entregue cuerpo, mente, sentimiento y energía a una oficio sacro como un acto de amor, esto tras algo que me contaron al terminar el taller de hoy y que vine a releer es esta página

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